MANIFIESTO COMANCHE

Tensos por la acción, pelo largo al viento, barbas y pañuelos ondeando, pendientes, sobacos, cadenas, cruces gamadas, y harleys desguarnecidas mientras el tráfico se abre por la 101, nervioso para dejar que pase la formación como el estallido de una tormenta de polvo

Hunter S. Thompson - Los ángeles del infierno (una extraña y terrible saga)

A mitad de los 70, con el simple hecho de oír la palabra "motero" cualquier hijo de buena madre podía cagarse en los pantalones de miedo. Una manada de tíos supervitaminados y salvajes fuera de la ley que no se andaban con lindeces si alguien les miraba por encima del hombro. Aduladores de la libertad y con los hígados hechos polvo, su máxima era la de "vive y deja vivir", incluyendo un "pero si me molestas, te parto la boca" al final.

Inspirándose en estas populares tribus, la Alianza Comanche toma la filosofía de estos desgraciados corremillas para definirse como una fraternidad de mecánicos y corredores esquizofrénicos, forajidos urbanos con una ética rural y un método de vida basado en la improvisación y en la imagen que el celuloide les ha transmitido del lejano oeste.

La carretera es una de las piedras angulares de nuestra visión. Las alfombras de alquitrán que se pierden en el infinito del horizonte incitan a coger a la mujer, la moto y el banjo…y seguir nuestro camino.

Es la expresión de libertad la que marca nuestro carácter, hemos salido a puñetazos de cientos de líos, y seguimos vivos gracias a nuestras botas y a nuestro puños. Porque todo el mundo quiere ser libre, sí, no obstante, cuando la gente ve a alguien realmente libre huye. Una cosa es hablar de la libertad y otro muy diferente es serlo.


BORN TO BE WILD


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